Canto a la ciudad

y en el tren, me sobreviene
el poema mil veces pensado sobre la ciudad
de pronto dejas atras los cuatro campos
que todavia quedan, y la periferia
y empiezan a sucederse
edificios, fabricas, iglesias
gente, mucha gente
toneladas de gente, arriba y abajo
y entro en la ciudad
un horizonte desaparece,
otro se abre
y se pone el sol
ya estoy en la urbe
repleta de luces
que me abren paso hacia el clitoris humano,
como unos muslos, agradecidos
a traves del oscuro tunel
hacia las entrañas de barcelona
la realizacion humana
supermercado de la libertad
para el bien y para el mal,
para herir y ser herido,
para soñar
y pienso, joder, nunca entendi la epopeia campestre
bucolica
alli, estoy solo
aqui, todos somos igual de gilipollas
estoy arropado
estoy en casa