El cuerpo humano

Camino, borracho, paro y pienso
escribo:
ahora soy poeta, y poeta es
el que lleva el dialogo en la bragueta,
el poema en una libreta,
del lado del corazón,
deambulo estropeado,
me siento en 100 lugares distintos,
el puto ímpetu de escribir,
y a 47 metros de casa,
exacticamente,
escribo:
yo, claro, no llevo la libreta del lado del corazón
pezón,
joder, solo faltaría eso
y no me conozco, estoy borracho,
con razón o sinrazón,
me quiebran las medias,
de mi propia maldad,
de mi puta conspiración,
ridícula, pero no me quejo,
demasiado,
y sintonizo con un canal estraño,
cena, gintonic y desilusión, ruedan por mi entrañas,
suficientemente dentro
como para llegar muy hondo,
para joder,
aunque suene de cutre, asqueroso,
por los siglos de los siglos,
amen

mi casa, teléfono