Monday

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¿No hay cita alguna sobre el soñar?

La terre c'est bleue comme une orange
P.Eluard




duermes tranquilamente, te giras, eliges la mejor postura. Sueñas. Te pesan los brazos. Estas boca abajo, tumbado en la cama. Es verano y hace una calor terrible, aun así conservas una fina sabana para protegerte de algún frío, no sé cual. Duermes plácidamente, como en un suave oleaje, movido por vientos serenos, pero hay como algo en la espalda, que notas. Si. ahí mismo. Al principio es como un ligero pinchazo, como si alguien se apoyara en tí, sin embargo es mas profundo.. y fino, pero tu duermes y estas soñando. Piensas, estoy soñando. Si. Wow. Sueño. Piensas: pero tengo el control.
Y sales de ti,

te alejas

te alejas maas y mas.
Bien, ahora.
Y ahora que te ves desde lejos, como en un cuadro, fíjate. Ves tu cuerpo estirado en tu cama. Una ligera luz penetra entre las cortinas y las pequeñas rendijas de la persiana. Luces que rebotan contra el otro extremo de la habitación. Creando ese clima cálido y placentero. Es una tenue luz que proviene de una farola.Toda la imagen se cubre de azules tiernos, nocturnos, combinados con las sabanas y la oscuridad tranquila. Pero no es New Orleans. así que no tienes música. En vez de eso, ves flashes de ti mismo/misma mientras duermes. Pero es un sueño pesado. Intranquilo. Pero piensas.. es el sueño de un sueño, o algo asi. Veo flashes mientras sueño, plácidamente. Mi mente es la intranquila. De pronto, ves que una sombra blanquecina, si, sombra y blanquecina, como una estela, sale de mi, por la espalda. Según se levanta veo que soy yo mismo. Si, soy yo mismo. Veo que me coge de la nuca y estira, consiguiendo sacarme una espina, dorsal, de mi mismo. Del mismo tono blanquecino. Veo que empieza a limpiarla concienzudamente, con el pasotismo y la rutina acumuladas de un doctor. Mientras veo flashes de gente limpiando pescado. Una espina de pescado. Grande. Pero yo soy yo. Es decir, tu eres tú. Y te ves, a ti mismo, como en el reflejo de un lago, onirico si queréis, limpiándote la espina. Cuando el acaba, vuelve a dejar la espina sobre tu espalda y volviendo hacia tí su tenue relucir, hasta fundirse contigo, sientes un alivio fantástico de algo que ni sabias que llevabas contigo. Te relajas. Tu mente se dobla, se hace mas liquida, languidece, y te dejas ir.

Estas limpio. Y tranquilo.