Wednesday

Més Clair que l'aigua




Tant Jean Clair dels collons, al final m'he acostat a la Pedrera a veure els quadres de Zoran Music. I bueno, és bastant bo el molt fill de puta. [veu interior] No va, no ens cebem que ha passat per coses molt dures. [/veu interior]

El que m'ha interessat més de l'exposició, enllà dels quadres, és el text del catàleg a càrrec del curator antibanal. Que consti que admiro aquest paio, l'entrevista d'ahir era absolutament brillant i subscric totes i cada una de les afirmacions de Jean Clair. El meu post d'ahir era només un text lliure d'aquests que demanaven a primària.

Al catàleg, Jean Clair hi deixa anar coses com aquestes:

"Frente a la tentanción del angelismo en el arte contemporáneo, tal como lo representaba la abstracción, y que nunca es más que el reverso del demonismo que ha marcado nuestro tiempo en sus empresas más mortíferas, ¿Cómo no recordar la frase del filósofo de El principio esperanza, Ernst Bloch, "el siglo que ha vivido la abstracción es también el que ha conocido los campos de concentración"?

[...]


Las cabezas en forma de huevo, desprovistas de mirada i rasgos distintivos [De Chirico, els maniquins de Malèvitx] prefiguran la desaparición de los rasgos en el hombre del campo de concentración, despojado de individualidad.

[...]

Se pueden usar los colores como se usan las palabras: sin prestar atención. Se pueden proferir como si ya estuvieran disponibles para siempre, como si fueran renovables, inagotables, como el agua o la arena, como lo que fluye y se da por sentado. Esto es olvidar que el agua que corre y la arena remiten al reloj de arena, a la clepsidra, y que el tiempo va pasando. También se pueden multiplicar los tonos, recurrir sin reflexionar a la gama infinita que la química parece poner a disposición de los pintores.

Pero este despilfarro, que es del orden de la digitalización, es una pérdida irrecuperable. El mundo de la sensación coloreada és el mundo del
unicum. Un azul, pero aquel azul, de aquel día, en Balbec ¿Cómo describirlo con una palabra? se preguntaba Proust.

Hombre silencioso y contemplativo, hombre de pocas palabras, Music es un hombre de pocos tonos. Utilitza la palabra con reserva, elige los colores con parsimonia. [...] No cree que las palabras vengan dadas y menos aun que las podamos usar sin comedimiento. Parece más bien pensar que cada palabra que utilitza se tiene que ganar con esfuerzo, reconquistar cada vez que se vuelve a proferir. Usar el lenguaje como si siempre estuviera disponible y fuera inagotable es menospreciar la verdad de las palabras.


En este sentido no es un pintor moderno. La modernidad ha consistido a menudo en forzar el sentido de las palabras usuales, en sobrepassar sus posibilidades, sea confiriéndoles sentido absoluto, sobrehumano y totalitario, sea negándole cualquier sentido posible.