Manzana
Amiguete, Albert.
Tu hablas de poesía como algo humano. Y de pechos poéticos. Yo hablo de la poesía de la naturaleza, y su mejor verso, estaba bajo aquel jersey gris. Y ademas, debo añadir, que el poema que era portador de aquellos versos, aquella mujer, era también la dulzura natural, en uno de sus mejores estados.
Y ella estaría de acuerdo. Por eso digo, que el mayor acto poético permitido a un ser humano es adorar la belleza de la poesía natural, lamer, enloquecido, aquel regalo de la naturaleza. Fundirse con la naturaleza y su poesía. Cantar la gloria de aquellos pechos no es hacer poesía, es intentar imitar a la naturaleza. El mejor canto, sin duda, seria fundirse con ellos en aquel juego glorioso.
Lastima que nosotros, en la poesia, solo lleguemos a cantar glorias como esas, a cantar, a intentar ser poesia, a través de la poesia, no siendo poeticos. Ser poetico es llevarla a cenar, pero..
Me repito, ¿pero acaso el ciclo de la vida no hace igual?
Aquellos pechos eran la poesía, que jamas ningún ser humano sera capaz de igualar.
Tu hablas de poesía como algo humano. Y de pechos poéticos. Yo hablo de la poesía de la naturaleza, y su mejor verso, estaba bajo aquel jersey gris. Y ademas, debo añadir, que el poema que era portador de aquellos versos, aquella mujer, era también la dulzura natural, en uno de sus mejores estados.
Simpatía, alergia y poca alegoría. Sencillez.
Y ella estaría de acuerdo. Por eso digo, que el mayor acto poético permitido a un ser humano es adorar la belleza de la poesía natural, lamer, enloquecido, aquel regalo de la naturaleza. Fundirse con la naturaleza y su poesía. Cantar la gloria de aquellos pechos no es hacer poesía, es intentar imitar a la naturaleza. El mejor canto, sin duda, seria fundirse con ellos en aquel juego glorioso.
Lastima que nosotros, en la poesia, solo lleguemos a cantar glorias como esas, a cantar, a intentar ser poesia, a través de la poesia, no siendo poeticos. Ser poetico es llevarla a cenar, pero..
Ser poesía, es lamer aquellos pechos, con dulzura.
Me repito, ¿pero acaso el ciclo de la vida no hace igual?